sábado, 28 de agosto de 2010

¿Hace falta que te diga que me muero por tener algo contigo?



Estoy en esa etapa, en que sólo quiero conseguir algo, por más ínfimo que sea. Me refiero a esa condición infra-humana talvéz, en que relaciono espontáneamente, esas canciones con altas dosis de melodrama rebuscado, con aquella mujer. Siempre me he dado cuenta, de forma certera o equívoca, que el ser humano, no sólo es ambicioso, con el dinero, el éxito y esa tanda de cosas tangibles del cual la gran mayoría tiende a jactarse delante de sus pares, sino que además, con sus sentimientos y emociones. Apostaría mi cabeza -gran apuesta, no por su drenado precisamente, sino que por su gran volúmen- que si consiguiera algo con aquella mujer, insisto por lo más mínimo que fuese, la noche de ese mismo día, ya comenzaría, con nuevas metas y exigencias.
Sin embargo hay un factor, que me hace pensar y pensar, incluso de forma exagerada en cierta persona. Se supone que dentro de las relaciones entre seres que se auto-denominan ''normales'', las manifestaciones de cariño son variables, algunos puede que compren animalitos gigantes con cara de miseria, otros cargando con la mochilla rosada de su pareja, o incluso hasta con la
cartera, están también quienes se deben gastar el 79.5% de su sueldo comprando lujosas joyas, invitando a caros restoranes, algunos conquistan con el baile, otros con la música, los versos, las llamadas cada tres segundos, y tanta cosa que el ser humano podría llegar a imaginar. Sin embargo mis maneras no son lo más alentadoras, podrían sonar idiotísimas, o hasta se me podría catalogar como infantil y bobo. Retomando la ideal principal, y para dejar oxigenar su cerebro, estoy convencido que las formas de ésta mujer, al no ser semejantes a las mías, me llevarían a un leve sufrimiento, tendería a interpretar que cierta incompatibilidad de FORMAS, tendría estrecha relación con una falta de interés, y acabaría por ende con mi cabeza, que comenzaría a trabajar el doble, sólo pensando.
Sin embargo, ante ese incipiente drama que conllevaría estar con esa persona; me arriesgaría, a pesar de que nuestras formas no se entendiesen, y de pasadita, uno de los dos, se lastimara.