sábado, 29 de mayo de 2010

un tesoro diferente.


- Pero aún no te entiendo, ¿Por qué no haces lo mismo que nosotros?
- no hay mucho que entender pirata amigo, es sólo una cuestión de intereses, nada más.
- Realmente no comprendo, pensé que también te interesaba encontrar tesoros, al igual que todos nosotros. Una vez me mencionaste que te fascinaba hacerlo.
- No he dicho lo contrario, me encanta encontrarlos.
- Entonces, ¿por qué no te animas a buscarlos, junto a mí y al resto?
- Simplemente, porque los tesoros que ustedes buscan, son muy distinto al mío.


Los piratas andaban en busca de grandes riquezas; tales como oro, y piedras preciosas, pues claro si eran piratas. Pero Hirenco siendo pirata al igual que sus pares -ya mencionados- , le encantaba oler la tierra húmeda, guardar piedras planas y largas en el bolsillo izquierdo de su abrigo café, y oir el placentero ruido de sus pesados zapatos, al aplastar las secas hojas otoñales que reposaban en la tierra.

jueves, 27 de mayo de 2010

''Cuba; una nostalgia egoísta''; sólo para quienes tengan tiempo, sino mejor no leer, ni muchos menos comentar. Gracias.


Me llegó la invitación hace unos días, para asistir al lanzamiendo del libro de la bloguera cubana Yoani Sánchez, quién vive en La Habana, y es férrea opositora al régimen Castrista, el cual impera en la isla hace más de 50 años, cuando un grupo de hombres liderados por Fidel Castro, hicieron ingreso a La Habana, derrocando al dictador derechista Fulgencio Batista, e instaurando el sistema comunista, en la tierra del ron y el son.
Mis tendencias políticas e ideológicas, siempre han tenido cierta inclinación por la izquierda -o para algún siútico lector- un intenso affaire con ésta misma. No obstante, decidí ir junto a un amigo, al lanzamiento de éste libro, que se llevaría a cabo en una librería en el Patio Bellavista. Mi razón para asistir, era sencilla, me llamaba des-comunalmente la atención, el coraje de ésta mujer cubana opositora,
quién bajo una dictadura -y todo lo que conllevan éstas mismas- era capaz de subir por medio del Internet, su opinión política extra-oficial a la del gobierno.
Me dí cuenta cuando llegué que habían muchos cubanos en la sala de lanzamiento, eso si, una clase de cubanos bastante distinta en relación a los cubanos residentes en cuba (donde podemos apreciar en documentales, videos, comentarios, etcétera). Éste grupo de cubanos residentes en Chile, se homogenizaba bastante bien, con las clases más adineradas de mi Chilito. Con lujosos teléfonos celulares, con vestimentas bastante finas, etcetéra. Se notaba indiscutiblemente esa cosa cosa tan absurda, pero cierta -talvéz- que dicen las viejas cuicas; La clase.
Marcaban las 19.15 horas, y con quince minutos de retraso, comenzó el esperado lanzamiento del libro, con tres señores intelectuales sentados adelante, con micrófonos de ciertos medios, la típica botellita de agua mineral, junto con los vasos. Y la no extraña visita del Ministro de Cultura chilena, que evidentemente debía apoyar la causa anti-Castrista , por su la línea política a la cual pertenece su jefe, nuestro Presidente de la República.
Después de largas, intelectuales y sabias palabras quizás -que no aburrían por lo demás-, finalizó el comentario crítico de la obra de Yoani, que la catalogaban como
excepcional, cotidiana, y con mucha valentía; en donde la Cubana, había creado una barrera, por medio de sus letras y comentarios de Internet, para protegerse de posibles persecuciones y/o consecuencias por su libre expresión, ya que muchos la conocemos a nivel mundial, y es poco probable, que el Gobierno cubano, intente algo en su contra, por su sobre-exposición pública.
En el intervalo en que la gente vacilaba aplaudir -por si venía otro comentario de los señores intelectuales- surge una voz femenina del fondo del salón, algo cruda pero con mucha convicción, era una jóven de no más de 19 años, morena, y con un morral cruzado al hombro -mi intención de las características de la muchacha no tiene relación alguna con estigmatizar aquella descripción, ya que de hecho yo también andaba con mi morral ecuatoriano, sólo lo menciono, porque al verla al comienzo del lanzamiento, me pareció curioso, que estuviese ahí alguien con ese estilo, medio ''hippiento'' quizás, que se nos tiende ,asertada o de forma equívoca, a relacionar
con gente izquierdista, en ese momento, pensé que la niña, habia accedido a aquel lugar, a ampliar su perspectiva u opinión ideológica, al igual que yo-
Eran tres jóvenes, que comenzaron a gritar consignias revolucionarias pro-Fidel Castro, vociferando y acusando a los cubanos ABC1, de traidores, fascistas, y esa sarta de calificativos ó des-calificativo, relacionados con el capitalismo y/o lo contrario a un sistema político de carácter izquierdista. Un hombre de la misma
edad de la muchacha -''Compañero'' de ésta- comenzó a lanzar panfletos, a comentar de los abusos que se cometían en Afganistán, los presos políticos mapuches, y cosas de esa índhole. De forma inmediata, los cubanos detractores del veterano comunista de la Isla, comenzaron a pifiar y a gritar cosas en contra de éstos
valientes e impertinentes adolescentes; un cubano le gritó; ''largo de aquí Fascista rojo'', una mujer enfurecida por otro lado: ''Si tanto te gusta Cuba, ándate para allá''
por otros rincones ''ustedes no tienen idea que es vivir en Cuba'', etcétera. Mientras ésto ocurría, uno de los jóvenes sacaba una bandera de color rojo y negro, que al parecer representaba al Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR). En tanto ésta discusión poco civilizada transcurría, un señor ya de edad, sentado a lado mío, gritaba a sus camaradas cubanos,: ''cállense, déjenlos que hablen''.Pero éstos, ya estaban abandonando la sala, taxativamente, y de una forma que me avergonzó de manera considerable, por los comentarios que eventualmente vinieron a continuación como: ''éstos izquierdistas son unos rotos'' ó ''no tienen educación'', etcétera, etcétera. Un hombre más bien jóven, que estaba sentado en la fila de anterior a la mía, comentaba lo bueno que era la expresión libre -por la actitud anterior de éstos muchachos-, pero sin duda, lo que predominaban , eran los comentarios más bien opacos, y peyorativos con respecto al mundo surdo. Me sentí un poco extraño, y un poco decepcionado también.
Mientras todos comentaban en el mini cóctel lo ocurrido, yo bebí algo ahí afuera, nos fumamos un par de cigarrillos con mi amigo, y abandonamos el lugar.